La proximidad de un nuevo Día del Niño despertó nuestra curiosidad por saber cómo hacer una elección acertada, frente a lo que descubrimos que el juguete más caro o el más lindo –para nosotros- no es necesariamente el mejor. Entérate cómo escoger ese regalo que, aunque en un comienzo puede no ser el favorito, si está bien pensado puede llegar a ser el preferido de nuestros niños.

Los encontramos en tiendas especializadas, en supermercados y hasta en las ferias de barrio. La publicidad bombardea a grandes y niños con superhéroes increíbles, con autopistas que prometen velocidad desenfrenada o esbeltas muñecas que hasta hablan. Todo parece atractivo, pero ¿qué es lo que lo hará feliz realmente?

La diversión comienza desde el momento en que los niños abren el paquete de regalo. En ese minuto la adrenalina sube a niveles insospechados y su mente e ilusión recorre espectros insospechados de los pequeños. Pero el momento clave, para muchos de nosotros, se presenta cuando se devela el misterio: ¿Nos premiará con una sonrisa, con un gracias o…en realidad lo abre con pocas ganas, casi por compromiso?

Ninguna de estas alternativas es tan buena ni tan terrible como aparecen a primera vista. Porque, si bien los juguetes nos conectan con las ilusiones e imaginación más primaria, su elección puede determinar la forma en que el pequeño se vincula con el entorno.

Comprar un juguete para niños, si es que realmente uno quiere que al niño le sirva, no es un ejercicio trivial. Urge conocer sus preferencias, para conectarlos útilmente con éstas. Por ejemplo, un “niño tuerca”, es decir al pequeño que le fascinan los autos, se le puede regalar un vehículo pequeño, pero no siempre. La siguiente vez, tal vez un encaje con motivos de autos, o un cuento asociado a esta temática. O incluso un rompecabezas.

Obvio que la sonrisa segura la obtendrá con la primera alternativa, puede que los más didácticos no traigan de vuelta más que un educado “gracias” (Ojo, estos son otros beneficios asociados: Aprender a soportar la frustración y a agradecer).

A los padres y a los abuelos les cuesta entenderlo. Es necesario instruirlos en el sentido de que no regalen juguetes de forma indiscriminada. A continuación algunos consejos para elegir juguetes:

  • El juguete debe ser deseado por el niño/a.
  • Debe ser seguro, es decir, confeccionado con materiales que no se astillen o sean cortantes si se rompen.
  • Cuanto más pequeño es el niño/a más grandes deben ser los juguetes.
  • Debemos comprarlos adecuados para su edad, pensando siempre, en la finalidad y actitudes que desarrollan en nuestros hijos.
  • Tengamos en cuenta su personalidad: un niño/a retraído necesitará juegos socializadores (varios jugadores); a un niño/a hiperactivo/a le resultarán adecuados juegos de atención, artísticos, etc…
  • Que sea simple. Esto aumentaría la gama de usos que se pueden hacer de él, desarrollando su fantasía y su capacidad simbólica.

Por último, siempre contemplar que el exceso de juguetes mata la fantasía y produce aburrimiento. Y siempre tener en cuenta, como el comercial de la tarjeta de crédito, que el mejor el mejor juguete no es necesariamente el más caro.

FUENTE: Guioteca