En Chile se venden más de un millón de bicicletas al año. Para grandes o chicos, de paseo o descenso, este medio de transporte se ha convertido en uno recomendado por excelencia por organismos internacionales, más aún en los meses de pandemia, ¿por qué? proporciona una distancia física mayor que otros medios de transporte y cumple con el requisito mínimo de actividad física diaria. En el plano infantil, montar la bicicleta brinda una primera aproximación al equilibrio, coordinación e incluso tiene un impacto en el desarrollo intelectual posterior de los niños. Al celebrar su día anual te contamos todas las ventajas con la que contarán los pequeños al aprender a dominarla desde la infancia.
Desde la aprobación de la Ley de Convivencia Vial, hace dos años, el mercado de las bicicletas ha registrado un notorio avance. La Ley, que facilita y regula la circulación ciclista en las ciudades, ha hecho que tanto en regiones como en Santiago este sea un medio de transporte preferido por muchos. De hecho, según un estudio realizado por Automóvil Club, sólo en los últimos meses de 2019 la cantidad de ciclistas en las calles de la capital aumentó en un 10%. El incremento de ciclistas de todas las edades en las calles nos hace volver al origen de sus beneficios, visibles desde los primeros años de edad.
1. Incrementa el sentido de coordinación y equilibrio
Una manera natural y progresiva de comenzar a andar en bicicleta es hacerlo en aparatos sin pedales. Ello hará que el niño coordine el peso de su cuerpo y equilibrio respecto del de la estructura de la bici. Una vez adquirida esta habilidad, será más rápido aprender a manejar los pedales.
2. Promueve el desarrollo intelectual
Se ha visto que niños que realizan mayor actividad física tienen mayor facilidad de aprendizaje y a largo plazo mejores notas que niños sedentarios. Esto, ya que aprender una nueva habilidad activa el cerebro.
3. Hábitos saludables
Directamente en el plano físico andar en bicicleta aumenta la resistencia del niño y se crean hábitos sanos. La actividad física derivada de la bicicleta ofrece una forma eficaz de combatir enfermedades infantiles relacionadas con la falta de actividad física como la obesidad y la diabetes. Su práctica es especialmente recomendada para niños muy activos ya que reduce los niveles de ansiedad y eleva el estado de ánimo.
Siendo más específicos, se ve un impacto positivo directo en las rodillas y la posición de la espalda. En el primer caso, se ejercitan los músculos que la rodean y ejercen la sujeción de la articulación, previniendo futuras lesiones.
Al ser un deporte de bajo impacto por no tener que soportar el peso de nuestro cuerpo es más recomendable que otras actividades físicas que castigan esta articulación. En cuanto a la espalda, fortalece la musculatura de la zona lumbar y disminuye así las posibilidades de la aparición de hernias y los dolores en la zona.
4. Promueve el concepto de familia
Dado que al aprender a montar una bicicleta todo niño necesitará la asistencia de otra persona, su práctica refuerza los lazos familiares. Promuévela como una actividad grupal donde participen todos los integrantes del grupo familiar.
5. Sensibilización hacia el medio
Los niños integran la bicicleta como un medio de transporte sano y bueno para el medio ambiente. Además, la conducción en bicicleta ayuda a familiarizarse desde pequeños con las normas de circulación y seguridad vial y el valor de la responsabilidad.